sábado, 6 de septiembre de 2014

El teu ocellet torna.

Para Aida Herrera Etxegoyen, con todo el amor acumulado.

Hace catorce años fue la ultima vez que miré esos ojos, catorce años sin escuchar esa voz y sin saber nada de ella, catorce años de ausencia del amor mas grande que se hizo la ausencia mas pesada, según el psiquiatra, el mal de amores que he arrastrado toda mi vida. Ya no pude callar mas la falta que me hacías y así, el jueves, parado frente a un ataúd decidí dar por terminado tu exilio. Tomé el primer avión que pude y viajé hasta acá, al pueblo de mi infancia, donde recuerdo los días de nieve y las noches de lluvia, contigo junto a mi cama cantándome para dormir, en catalán, por supuesto.
Luego de una semana especialmente pesada he tenido sueños recurrentes contigo, con ella (disculpen, soy un pésimo narrador) he soñado con ese villancico catalán que se me ha quedado por tantos años y he rescatado tantas otras canciones del olvido, canciones con las que me reconfortabas.
En  las primeras horas de vuelo no pude contener el recuerdo de aquél día, octubre seis, del dos mil, recuerdo claramente como mi padre subía corriendo las escaleras para abrazarme sin darse cuenta de que yo no lo sabía, recuerdo que le tomo semanas reunir el valor para explicarme tal cual la situación. Recuerdo como todos lloraban en tu funeral, recuerdo lo verde del pasto del cementerio y el arcángel de la entrada que me aterraba. Yo no comprendía lo que ahí ocurría. Solo sentía los abrazos de mi abuelo mientras miraba de lejos el llanto desconsolado de mi hermana, una chica de quince años derrumbada y yo no lo podía entender.
La ultima vez que te vi fue esa mañana, me sonreíste y revolviste mi cabello, al tiempo que me anunciabas la hora del baño y me preguntabas que deseaba desayunar. Todo esto en catalán. No tengo recuerdos tuyos en castellano. Quizá cuando hablabas con mi padre, pero nunca conmigo. Yo era tu "Ocellet"
Tardaste catorce años en volver. ¿Por que? ¿Por que tardaste tanto en hacerme falta? ¿Por que hasta ahora necesito tu abrazo, tu beso, tu voz, por lo menos? Hasta tu ausencia me hizo falta, hoy ya te siento, madre. Y quizá sea injusto para la mujer que me crió, pero ella no puede reclamar tu lugar, ni yo sé por que.
Es de madrugada, ya no aguanto las ganas, miro el reloj una y otra vez, quiero estar de pie frente a tu lápida, leer tu nombre, sé que lloraré.
Tengo tanto que contarte, madre, mis triunfos, mis penas, lo mucho que he sufrido este año, y de como de la noche a la mañana me han caído tus catorce años de ausencia, perdón que insista con el numero. Quiero tener tu recuerdo en mi vida, quiero pensar en ti cada noche antes de dormir, y sentir que siempre estás a mi lado. He venido a reconciliarme contigo, porque quizás seas tu la pieza que falta en mi.


- R.S.