sábado, 20 de abril de 2013

De ciclos y coincidencias.


Hoy cambiaré la linea de lo que venia escribiendo, lo que leerán a continuación será una cosa mas interactiva.
Justo hoy se termina un ciclo en mi vida, uno de esos ciclos que comienzan con la promesa de un final distante, pero que tarde o temprano llegará, para ser mas específicos un ciclo escolar, a esta edad uno de los mas importantes, ya que define tu entorno social casi en su totalidad. Si tuviera que describirlo lo describiría como "El fin del comienzo"
A pesar de ser un individuo que se presta poco al sentimentalismo he de admitir que estas cosas suelen ponerme "reflexivo" y creo que es la tendencia general, al terminar un ciclo (de cualquier tipo) es normal reflexionar acerca de lo que hiciste y lo que pudiste haber hecho, y haciendo las cuentas creo que me voy con un resultado favorable, sin embargo la duda siempre queda ahí, ese "¿Y si hubiera?"
Mi viejo suele decir que "el hubiera es el tiempo de los pendejos", entiendo su punto, pero difiero, creo que el hubiera es la manera de juntar lo real con lo imaginario, un espacio libre para la fantasía, pero con un mayor apego a la realidad, dentro de ese "hubiera" podemos encontrar un sin fin de posibilidades, posibilidades que a la distancia se ven complejas, pero que en su momento sólo necesitaron la combinación correcta para convertirse en realidad. Y no, no estoy divagando.
Volvamos al tema central para evitar confusiones. Piensen ¿cuantas combinaciones los trajeron hasta donde están ahora? Por mi parte es fácil de imaginar, mi sola ubicación geográfica es un mero accidente geo-político, pero aquí se trata de que USTED, el lector, lo piense. Imagine las circunstancias en las que sus abuelos se conocieron, o no nos vayamos tan lejos, imaginen las circunstancias en las que sus padre se encontraron, piensen en aquella cita a ciegas que concertó una amiga de su madre, esa cita donde conocería al que hoy es su padre, o mediten aquel encuentro fortuito por las calles del centro de la ciudad, ese encuentro en donde su padre decidió dejar la vergüenza a un lado y se armó de valor para dirigirle la palabra a su madre. En fin, imaginen ese encuentro, haya sido como haya sido, seguramente se los habrán contado en mas de una ocasión, hagan memoria y recuerden lo que sus padres les han contado respecto a como se conocieron, les aseguro que al menos que sean hijos de un matrimonio arreglado aquel encuentro fue producto de una mera coincidencia. ¿Listo? ¿Ya lo pensaron?
Ahora, podríamos decir que esa es "la coincidencia madre" la que les dio vida, pero no se olviden que para ser quienes son han pasado por un proceso de formación cultural, ese proceso de "si es niño es azul, y si es niña es rosa" y por otro de formacion académica, que como dije al principio, le da forma al contexto social de niños y jóvenes. Estos procesos no están ajenos a las coincidencias, y aunque se podrían nombrar muchas de ellas tratare de limitarme.
¿Recuerdan a su primer "amiguito"? Aquel compañero de la infancia del que nunca se separaban, seguro tuvieron al menos uno. O aquella niña(o) a la que le juraban amor cuando eran apenas unos niños. Vamos, exíjanle a su memoria y recuerden como se dieron esas relaciones, y de nuevo les aseguro que no fue mas que una casualidad, una casualidad que marco aquella etapa de sus vidas, casualidades que van desde el grupo que les asignaron, hasta el asiento que ocuparon de acuerdo a su apellido.
Avancemos un poco y ubiquémonos en la primera parte de la adolescencia, donde termina la niñez, esa rara etapa de cambios en todos los aspectos, la etapa de formación por excelencia. Recuerden lo raros que eran con cabezas desproporcionadas, con voces raras, y repletos de bolas y pelos en lugares extraños y con una actitud propia de un conejo deslumbrado por las luces de un auto a mitad de carretera, y si, aunque les cueste creerlo, con todos esos defectos a cuestas lograron hacerse de amigos, ¿por que? por coincidencias, esas relaciones que comienzan a ser mas duraderas, y marcan un rumbo en el comportamiento del individuo en cuestión, ustedes, justo ahora, deben mucho de lo que son a lo que fueron en aquel entonces, si se rodearon de compañeros con ansia de crecer, o dicho en palabras mas claras, de compañeros "viciosos" o si se rodearon de los "lacras" o de los "matados", afortunadamente creo que tuve un sano equilibrio en cuanto esas amistades, ya saben, "un poco de esto, un poco de aquello" ¿pero que pasa con los que no? simple, bien lo dice el dicho "el que se junta con lobos, a aullar aprende" y si, hemos "aprendido a aullar" de diferentes formas, gracias a estas amistades que (como chingo con esto) son producto de casualidades, porque a pesar de la creencia popular, nosotros no escogemos nuestras amistades, se forman por aquel momento en el que escogiste alguien al azar y decidiste decirle "hola" sin mayor esperanza que entablar una pequeña conversación, y ya ven, por una u otra razón, esa conversión se alargó unos años mas de lo esperado.
Y llegamos aquí, después de tantas coincidencias, después de exámenes donde gracias a un "tin marin" logramos ese acierto que nos puso donde estamos ahora.
Si han llegado hasta esta parte del texto, les felicito y les agradezco pero si aun no creen en estas "casualidades cíclicas" los animo a pensar en el ultimo ciclo por el que hayan o estén pasando, ya sea que estén en medio de el o estén por terminarlo, piensen en lo que han hecho y lo que han dejado de hacer, preguntense "¿de donde vienen mis amistades mas recientes?" en mi caso, estoy transitando por una etapa importantísima en la vida, una etapa que va a marcar mi futuro mas que de lo que otras lo han hecho, y viéndolo desde el ámbito social, he de decirles que mis mas recientes amistades vienen de un "¿me siento ahí?" o de un "Lo voy a saludar" porque hasta una persona tan amargada como yo sabe que son las pequeñas decisiones las que terminan marcándote el rumbo.
Así que los animo a no pensar tanto estas cosas, la próxima persona a la que saluden puede ser la madre o el padre del adolescente que leerá esto.


El Amargo.

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