miércoles, 8 de mayo de 2013






"PASAMOS DE TARZANES, PACHUCOS Y RUMBERAS A CHOLOS, CHUNDOS Y OTRAS COSAS MÁS"


Hace unas semanas vagando por Facebook me enteré de un evento que se realiza anualmente los días 27 de abril en el Salón Los Ángeles, ubicando en Calle Lerdo 206, 06300 Cuauhtémoc, Distrito Federal, México, de lo que estoy hablando es del Aniversario de “Tarzanes, Pachucos y Rumberas”. Este acontecimiento sirvió para darme de qué hablar esta vez.

Lo que voy a tratar es la importancia que tuvieron estas “tribus urbanas” para la actualidad. Primero que nada, sinceramente, no tenía ni la remota idea de qué diablos es un “Tarzán”, porque  me dediqué a encontrar respuesta a esa pregunta, la verdad por el tiempo y las fuentes no pude encontrar mucho, más que decir que son como los “primos mayores” de los Pachucos, ya que vestían de manera similar, pero con una playera de rayas horizontales, además que su auge fue antes que ellos, aproximadamente por los años 20.

De los Pachucos pude extraer más información, primero que nada me surgió la curiosidad de qué concepto se tenía de estos personajes en la actual juventud, y me encontré con que la mayoría (jóvenes entre 14 y 17 años) no sabían qué era un Pachucho, mientras que otros lo habían oído mencionar pero no les interesaba, además de que no sabían nada acerca de ello; aunque algunos no estaban tan perdidos, ya que contestaron que eran personas adineradas de los años 20 con buen porte y cualidades para el baile.

En búsqueda por distintas fuetes pude concluir que los Pachucos fueron aquellas personas que regresaban de Estados Unidos por allá de los años 50, además que se les denominaba por otro sobrenombre, “Chicanos”, ya que la mayoría provenía de Chicago, y por lo tanto venían con una inmensa mescolanza de culturas, desde su vestimenta hasta su idioma, el tan famoso “Spanglish”.

Una de las características del Pachuco es su vestimenta, por lo tanto a continuación vamos a describirla. Primero que nada están los grandes sacos que llegan a la altura debajo de las rodillas con un pantalón ajustado arriba del ombligo, bombacho a la altura de las piernas y enroscado en el tobillo, además de una camisa colorida en combinación con el traje y solapas que van desde el pecho hasta los hombres, esto claro con la compañía de unos tirantes, y no podría faltar el sombrero a la italiana con una inmensa pluma a un lado, con los inigualables zapatos de charol bicolor. Hay que resaltar que los Pachucos en ese entonces eran fuertemente agredidos, ya que mucha gente no los quería y los discriminaban por “rebeldes”, es por eso que usaban cadenas y las utilizaban en forma de defensa.
Al hablar de este tema el primer nombre que se nos viene a la mente de muchos es el de Germán Valdés “Tin Tan”, o mejor conocido como “El pachuco de oro”. Él fue de gran importancia y trascendencia para la aceptación de los Chicanos en la sociedad, ya que al adoptar el personaje ya mencionado fue causa de inspiración para muchos, y provocaría una fiebre en la juventud de aquella época.

Con el tiempo y la aceptación, los pachucos fueron creciendo en  popularidad, y  se ganaron el respeto a base de una muy peculiar característica, el baile, y por supuesto impulsada por el Pachucho de Oro en sus películas durante la Época del Cine de Oro Mexicano.

Ritmos como el danzón, tango, paso doble, rumba, swing, blues, tap, vals, polka, boogie-woogie, rock and roll, salsa, cumbia, guaracha, son cubano, y muchos más eran dominados por ellos, ya que el Arte de bailar no lo dominaba cualquiera, desgraciadamente el estereotipo fue muy malgastado en años posteriores con personas vistiendo de la misma índole, mientras asistían a “cabarets de mala muerte” como el Bombay o la Burbuja (me han dicho), porque los que realmente tenían inculcado el verdadero ideal pachuco no bailaban de “cartoncito de cerveza con la muñeca (la mejor chica de la casa)”; más bien, la loción, la colonia o la vaselina eran primordiales para poder asistir a bailar a Salones como EL Riviera, Caribe, México, California, La paya, San Luis, Buenos Aires, Colonia, y por supuesto Los Ángeles. Y desafortunadamente me atrevo a decir que no conozco México, porque “Quién no conoce Los Ángeles, no conoce México”.

Ahora me voy a centrar en aquellas mujeres que incursionaron en el Arte del baile de aquella época, y me refiero a las Rumberas, Cómo olvidar a María Antonieta Ponce, Ninón Sevilla, Tongolele, y muchas más que aparte de tener increíbles dotes artísticos fueron parte de una revolución sexual para las mujeres, ya que el rol que se jugaba para las féminas era muy rígido, y más en el aspecto sexual. Porque más que enseñarnos su cuerpo en aquellos rápidos movimientos de cadera, no daban a conocer la belleza de las mujeres y sobre todo su sensualidad al ritmo de la música.

Para poder concluir con este inmenso tema debo mencionar la importancia de la mescla cultural entre el vecino de arriba y los vecinos de abajo, que dan como resultado un fruto bastante exótico y sabroso, que dio paso a la evolución a las generaciones actuales, indirecta o directamente, pero lo más importante es reconocer de donde vienen estás influencias y sentirnos orgullos de ellas.

Por eso me quedo con aquella famosa canción de La Maldita Vecindad que es una muestra más de los enlaces de las nuevas generaciones con las viejas, porque “es la misma gata, pero revolcada”.

http://www.youtube.com/watch?v=jRN6n9Wgq2Q


“PARLE”


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