"PASAMOS DE TARZANES, PACHUCOS Y RUMBERAS A
CHOLOS, CHUNDOS Y OTRAS COSAS MÁS"
Hace unas semanas vagando por Facebook me enteré de
un evento que se realiza anualmente los días 27 de abril en el Salón Los Ángeles,
ubicando en Calle Lerdo 206, 06300 Cuauhtémoc, Distrito Federal, México, de lo
que estoy hablando es del Aniversario de “Tarzanes, Pachucos y Rumberas”. Este acontecimiento
sirvió para darme de qué hablar esta vez.
Lo que voy a tratar es la importancia que tuvieron
estas “tribus urbanas” para la actualidad. Primero que nada, sinceramente, no
tenía ni la remota idea de qué diablos es un “Tarzán”, porque me dediqué a
encontrar respuesta a esa pregunta, la verdad por el tiempo y las fuentes no
pude encontrar mucho, más que decir que son como los “primos mayores” de los
Pachucos, ya que vestían de manera similar, pero con una playera de rayas
horizontales, además que su auge fue antes que ellos, aproximadamente por los
años 20.
De los Pachucos pude extraer más información,
primero que nada me surgió la curiosidad de qué concepto se tenía de estos
personajes en la actual juventud, y me encontré con que la mayoría (jóvenes entre
14 y 17 años) no sabían qué era un Pachucho, mientras que otros lo habían oído
mencionar pero no les interesaba, además de que no sabían nada acerca de ello;
aunque algunos no estaban tan perdidos, ya que contestaron que eran personas
adineradas de los años 20 con buen porte y cualidades para el baile.
En búsqueda por distintas fuetes pude concluir que
los Pachucos fueron aquellas personas que regresaban de Estados Unidos por allá
de los años 50, además que se les denominaba por otro sobrenombre, “Chicanos”,
ya que la mayoría provenía de Chicago, y por lo tanto venían con una inmensa
mescolanza de culturas, desde su vestimenta hasta su idioma, el tan famoso “Spanglish”.

Al hablar de este tema el primer nombre que se
nos viene a la mente de muchos es el de Germán Valdés “Tin Tan”, o mejor
conocido como “El pachuco de oro”. Él fue de gran importancia y trascendencia
para la aceptación de los Chicanos en la sociedad, ya que al adoptar el
personaje ya mencionado fue causa de inspiración para muchos, y provocaría una
fiebre en la juventud de aquella época.
Con el tiempo y la aceptación, los pachucos fueron creciendo
en popularidad, y se ganaron el respeto a base de una muy
peculiar característica, el baile, y por supuesto impulsada por el Pachucho de
Oro en sus películas durante la Época del Cine de Oro Mexicano.
Ritmos como el danzón, tango, paso doble, rumba, swing,
blues, tap, vals, polka, boogie-woogie, rock and roll, salsa, cumbia, guaracha,
son cubano, y muchos más eran dominados por ellos, ya que el Arte de bailar no lo
dominaba cualquiera, desgraciadamente el estereotipo fue muy malgastado en años
posteriores con personas vistiendo de la misma índole, mientras asistían a “cabarets
de mala muerte” como el Bombay o la Burbuja (me han dicho), porque los que
realmente tenían inculcado el verdadero ideal pachuco no bailaban de “cartoncito
de cerveza con la muñeca (la mejor chica de la casa)”; más bien, la loción, la
colonia o la vaselina eran primordiales para poder asistir a bailar a Salones
como EL Riviera, Caribe, México, California, La paya, San Luis, Buenos Aires,
Colonia, y por supuesto Los Ángeles. Y desafortunadamente me atrevo a decir que
no conozco México, porque “Quién no conoce Los Ángeles, no conoce México”.
Ahora me voy a centrar en aquellas mujeres que
incursionaron en el Arte del baile de aquella época, y me refiero a las
Rumberas, Cómo olvidar a María Antonieta Ponce, Ninón Sevilla, Tongolele, y
muchas más que aparte de tener increíbles dotes artísticos fueron parte de una revolución
sexual para las mujeres, ya que el rol que se jugaba para las féminas era muy
rígido, y más en el aspecto sexual. Porque más que enseñarnos su cuerpo en
aquellos rápidos movimientos de cadera, no daban a conocer la belleza de las
mujeres y sobre todo su sensualidad al ritmo de la música.
Para poder concluir con este inmenso tema debo
mencionar la importancia de la mescla cultural entre el vecino de arriba y los vecinos
de abajo, que dan como resultado un fruto bastante exótico y sabroso, que dio
paso a la evolución a las generaciones actuales, indirecta o directamente, pero
lo más importante es reconocer de donde vienen estás influencias y sentirnos
orgullos de ellas.
Por eso me quedo con aquella famosa canción de La
Maldita Vecindad que es una muestra más de los enlaces de las nuevas
generaciones con las viejas, porque “es la misma gata, pero revolcada”.
http://www.youtube.com/watch?v=jRN6n9Wgq2Q
http://www.youtube.com/watch?v=jRN6n9Wgq2Q
“PARLE”
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