¡SUERTE, Y AL ATAQUE MIS VALIENTES!
Las manos
sudadas, taquicardia, mariposas por todo el cuerpo, ansias, desesperación,
excitación, dolor, dulzura, embriaguez, amargura, locura y muchas cosas más
experimentamos al estar con una persona especial. Lo que la hace diferente es
que de todas las demás con ella sentimos y percibimos todo lo anterior.
El amor va a
ser el tema a tratar en lo que resta del texto, pero lo interesante es que lo
vamos a analizar desde la relación de un punto biológico y filosófico.
Antes de continuar
quiero aclarar que todo lo siguiente es una hipótesis de su servidor, la cual
la he formado a base de distintas fuentes que considero sumamente sólidas. Con
lo siguiente no pretendo hacer cambiar de parecer, ni mucho menos, más que
alimentar el punto de vista y/o argumentos de los lectores.
Ya aclarado
esto, debemos decir que el amor, además de ser un sentimiento, es un concepto
abstracto, por lo tanto cada quien tiene una imagen mental acerca de él. Debido
a que no existe materialmente, puesto que sólo es algo que los humanos
aseguramos sentir, no tenemos referencias exactas de cómo es.
Hay que
resaltar que el concepto, por lógica, es totalmente distinto para cada quien, a
pesar de que nuestras descripciones sean sumamente parecidas, jamás sabremos si
es verdadero lo que nos dicen. Pero aún así puede haber generalidades dentro
del mismo, es decir, que haya algunos puntos en común de un conjunto de pensamientos.
Por lo tanto le podemos denominar concepto general.
El contexto
es fundamental para el desarrollo de una noción, ya que la influencia social,
geográfica, cultural, religiosa, de tiempo, entre otras, son indispensables. Es
por eso que se tiene un juicio general muy distinto entre unas regiones y
otras. El amor y la vida de pareja van de la mano, por lo tanto, un ejemplo lo
podemos tomar al otro lado del mundo, donde un hombre puede tener varias
relaciones tanto sexuales como sentimentales, aún en el matrimonio, y la mujer
no, ya que se rigen bajo una serie de normas, principalmente religiosas; y
aunque a nosotros nos parezca extraño y algunas veces injusto, es el
pensamiento que se tiene allá; hombres y mujeres lo respetan, aunque como en
todo, haya algunos que no estén de acuerdo, son reglas establecidas, algunas
implícitamente que le podemos llamar estereotipo. Y porque haya dos nociones
totalmente distintas, no quiere decir que una se catalogue como buena o mala,
ya que se formaron por un contexto muy diferente, y no hay una jerarquía autorizada
que diga que está bien o mal.
El estereotipo
también tiene gran valor, ya que nos habla de los roles que desempeñan cada uno
de los sexos, que nuevamente depende del contexto.
Puede
parecer que me he desligando totalmente del tema a tratar, pero lo anterior es
fundamental para poder comprender mi intensión.
Dentro de la
misión biológica que tenemos
destacan tres puntos, los cuales son nacer, crecer, reproducirse y morir. A
pesar de que algunos no cumplan la tercera, las otras son casi inevitables, por
lo que anatómicamente y fisiológicamente estamos hechos para que en cierto
momentos de nuestra vida dejemos descendencia, y por lo tanto aseguremos la
existencia de nuestra raza. Y cuando cruzamos por la etapa, entre la niñez y la
edad adulta, llamada adolescencia, empiezan a haber un conjunto de cambios que
nos preparan para ser aptos a la reproducción. ¿A qué voy con esto?, pues que
la atracción sexual al sexo opuesto, la mayoría de las veces, es totalmente
natural.
Pero se
preguntaran, ¿y qué tiene de raro?, si eso es de conocimiento general. Pero hay
que revisar la otra cara de la moneda, cuando algunos autores, entre ellos
Fromm, que nos dicen que JAMÁS podremos encontrar un amor verdadero basado en
algo meramente físico y sexual.
Ya que como
bien lo dice Fromm, el amor es un arte, por lo tanto no cualquiera lo puede
realizar, sólo los artistas, aunque un artista puede venir de cualquier lado. Y
para poder llegar a ser un artista hay que pasar por un largo proceso, done
tenemos que adquirir conocimientos teóricos y prácticos, además de tener la
madurez, disciplina, disposición, aptitud y etc, necesaria para llevarlo a
cabo, teniendo un amplio manejo y conocimiento sobre el amor fraternal, a si
mismo, religioso, a los padres y demás, para lograr llegar al amor de pareja.
Recapitulando,
de decir que de una iniciativa física y/o sexual no podrá nacer amor sincero,
es debido a que el resultado de ello no es más que un acto egoísta, y con esto
llegamos al punto en que no sólo lo físico es suficiente para convertirlo en
algo codicioso, ya que el hecho que esa persona satisfaga sentimental o
sexualmente es un acto ambicioso, por lo tanto el “te amo por lo que me hace
sentir” es simplemente el utilizar al otro u otra para saciar un antojo
nuestro.
Ahora, con
todo esto algunos dirán, “que una persona me atraiga, no quiere decir que me
haya enamorado de ella”, pero surge otra pregunta, ¿cómo sabemos cuando estamos
enamorados?, o una mejor, ¿qué es el amor?
Regresemos a
la biología. Las sensaciones descritas en el primer párrafo, que como lo indica
ahí, son algunas de las sensaciones que percibimos al estar enamorados, claro
que depende de cada persona, su actitud, personalidad, carácter, entro otros.
La etapa de locura y falta de coherencia durante el enamoramiento se la debemos
a algunos neurotransmisores que actúan en la corteza cerebral, los cuales son
endorfinas, dopamina, oxitocina, feniletilamina norepirefrina, testosterona,
estrógenos, etc., y gracias a estos, nos causará un instinto que de manera implícita nos asegure, algunas veces,
la reproducción. Pero suele suceder, que
aquel chico o chica, que alguna vez nos provocó que nos sudaran las manos y
muchas cosas más, después nos hagan “lo que el viento a Juárez”, o sea, “ya
fue”. A pesar de que aseguren haberlo(a) querido mucho, y agradecerle, otros no
quieren ni recordarlo (a), y algunas veces por vergüenza.
Y esto se
debe a que aproximadamente después de 48 meses, más o menos, según sea al caso,
la producción de estos neurotransmisores cesa, por lo tanto el “amor”
desaparece, y algunas veces, sólo quedan los problemas.
Podríamos
decir que aquí es “donde la puerca torció el rabo”, ya que se puede mal interpretar que fisiológicamente
estamos hecho para no amar, además que nuestro “instinto” no ayuda en la
formación de un amor verdadero, hablando desde una perspectiva filosófica, ya
que para podernos figar en alguien tuvo que haber un contacto físico.
Pero, “¡oh,
sorpresa!”, nos hemos olvidado de bastantes cosas interesantes. Primeramente,
que somos seres con un desarrollo mental elevado, poseedores de conciencia,
sentido común, coherencia, etc. que nos diferencia de los animales y otros.
Además que hay otro punto aún más importante, en el momento en que un humano se
encuentra en la etapa del “enamoramiento”, con segregaciones de un coctel de
neurotransmisores, su producción no tiene que llegar a su fin, ya que
dependiendo de cuál sea la calidad
de la relación entre el enamorado y del el que se enamoraron, será el tiempo
que llevé la producción de estar hormonas.
Ahora, ¿qué
onda con el lado filosófico? Resulta que efectivamente, tiene que haber un
contacto físico, por el cual esa persona llame nuestra atención, debe de tener
algo diferente, que la haga distinta a las demás y sobresalir, para que nos
embriague y seduzca, pero lo importante aquí, es dar el siguiente paso, el cual
a continuación explicaré:
Se dice que
alcanzamos el desarrollo biológico total ente los 20 y 21 años, hombres y
mujeres, por lo que estamos listos para dejar descendencia, pero para la madurez
mental no hay edad. Se dice que lo ideal es tener el suficiente desarrollo
biológico y mental para amar, además del proceso de aprendizaje del arte, pero
no hay una edad que nos asegure que al alcanzarla tendremos estas aptitudes
completas. Pero cuando complementamos nuestro aprendizaje de este arte con la
atracción, que causó nuestra atención a esta persona, no damos cuenta si
realmente es amor. Puesto que al momento en que nos mantiene hipnotizados y
locos aquella persona por quién es y cómo es, y más no por lo que me hace
sentir, la podremos haber encontrado. Citando al Maestro Erich Fromm: “El amor
infantil sigue el principio: Amo porque me aman. El amor maduro obedece al
principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo porque lo
necesito. El amor maduro dice: Te necesito porque te amo”.
Por lo
tanto, al momento en tener un contacto con un ser especial producimos
neurotransmisores, mientras esa relación sea buena, cuidadosa y se procure de
la manera en que se explicó, la producción de hormonas seguirá, provocando un
delicioso círculo vicioso.
Pero, hay
que recordar que al amar a una persona no quiere decir que obligatoriamente sea
correspondido, o en otro caso, que uno o ambos de la pareja desbalance la
relación, todo esto causará el rompimiento de famoso “círculo vicioso”.
Ahora, hay
que resaltar que el enamorarse no nos asegura una relación de pareja, aún
cuando ambas estén dispuestas, ya que puede ser que alguna no sea lo
suficientemente apta para amar o sus intereses totalmente distintos. Esto al hablar de una relación de pareja,
con la cual estás dispuesta a compartir el resto de tu vida y crearla con ella.
Por lo
tanto, el amor no te da más que la base
para construir la casa de tu relación de pareja, los demás materiales los
componen los objetivos e intereses a largo plazo de ambos.
Todo lo
anterior es un pequeño vistazo a la relación biológica-filosófica del amor,
además que cabe recalcar que es un concepto mío, que desde luego fue
fundamentado y nutrido con algunas referencias filosóficas y otras biológicas.
Así es que, “suerte
y al ataque mis valientes”.
“PARLE”