NO ENCUENTRO PALABRAS
La vida es complica, confusa, algunas veces
frustrante y otra veces un –asco-, pero sin todo esto no sería vida, no tendría
chiste. Insípida e inútil podrían ser los adjetivos correctos para describirla
si existiera la ausencia de estos aderezos.
Dentro de esta hay una etapa, la cual yo considero
en mi corta vida, la más confusa, alegre, triste, frustrante, decepcionante y
apasionante, que se llama adolescencia. Donde tenemos la oportunidad de pulir
lo que seremos en un futuro y sobre todo de conocer y ser marcado por personas.
Gracias al mar de hormonas que aquejan a esta edad,
los sentimientos están más que sensibles durante esta época, así que podríamos
decir que los hechos, acciones, etc. repercuten con mayor fuerza.
Hoy quiero hablar sobre el valor que tiene la
verdadera amistad en esta parte de la vida. Ese sentimiento realmente sincero
que ha sido puesto a prueba de cualquier bala de hipocresía y sigue vivo.
Si hay algo sumamente complejo es expresar que tan
representativas pueden ser las personas para uno.
Si la amistad en si en complicada, se vuelve mucho más
para una persona que es mamona, arrogante, pretenciosa y una mar más de
defectos, pero por más difícil que parezca no es imposible.
El poderte entender con esa persona sin decir una
sola palabra, el compartir algunos gustos, el poder hablar y ser tú mismo,
jugar, criticar, reír, llorar, emborracharse, pelear, estar en desacuerdo,
lograr la empatía, es un poco de la magia del verdadero amor fraternal.
Y en mi caso, lo que más agradezco de haber conocido
a este tipo de personas, es que han formado parte de mí. Consciente o inconscientemente
se han adherido en mi personalidad, en mi forma de pensar, se sentir, de creer,
hasta de entenderme y aceptarme.
Y así es como “No encuentro palabras” para poderte
agradecer y dar entender el desmadre que hay dentro de mí. Gracias por tus
consejos, gracias por entenderme, gracias por soportarme, gracias por hacerme
entender, gracias enseñarme, gracias por esos buenos y malos momentos, gracias
por ayudarme a ser yo, gracias por ser tú.
Aunque esto suene a despedida, no lo es, ya que como
lo he dicho, estas personas quedan dentro de ti. Aunque es demasiado egoísta el
pensar que tal vez una de esas personas se aleje físicamente de ti, causando
una modificación totalmente en tu rutina
y forma de vida, pensando sólo en cómo te afectará, le puede mostrar al
otro ser qué tan trascendental es para ti.
. . .
Más que desearte buena suerte y lo mejor de lo
mejor, quiero que sepas cuán importante eres para mí y cuanto te quiero.
Gracias totales, mi querido, estimado y bien
ponderado Amargo.
“PARLE”
No hay comentarios:
Publicar un comentario