lunes, 25 de agosto de 2014

Extraña la Piel.

El corazón sufre y solo el sabe por cuanto tiempo, sin duda, es el dolor mas fuerte. Pero la piel, la piel también sufre, también extraña.

Extraña la piel la de la ex pareja con la que se revolcaba cada noche en un aluvión de deseo. Sudor, saliva, semen, fluidos varios que dejaban mojado el lecho con los dos cuerpos rendidos, agitados, que fumaban un cigarrillo mientras reunían fuerzas para el próximo. Arriba, abajo, gritando, gimiendo, con voces que vienen, creo yo de la parte mas primitiva del alma. Saciando pasiones como si de una sed se tratara, sacando fuerzas en cada embestida, intentando contenerse para no venirse tras cada salvaje choque. Reducidos en una habitación oscura, ella pensando en el amor y tu poseído por las ganas, por el inclemente instinto que dilataba sus pupilas. La piel extraña todo eso. Los delicados roses en la regadera, el tierno abrazo que llevaba a las situaciones pasionales mas burdas bajo los chorros de agua que cuando tratabas de respirar hondo ellos te cortaban e intentaban ahogarte, sin mucho existo por fortuna. Los momentos en que ella desfilaba la nueva lencería, y de como terminaba llamándote a la cama. En la mesa con sus padres, cenando y charlando como si nada importase, mientras ella por debajo jugueteabas con los pies, al tiempo que tu subías la mirada a sus ojos y ambos entendían lo que entre sus miradas corría, ambos podían presentirse desnudos uno delante del otro, con la vista ella podía hacerte el mejor sexo oral que cualquiera hubiera deseado, con la vista tu podías azotarla de una forma salvaje y tierna contra la pared. Se miraban en plena cena y se deseaban, a ambos les subía el color rojo, les corrían gotas de sudor por la frente, le daban ambos tragos profundos a sus respectivas copas de vino, y sin poder contenerse mas, tras la cuarta copa y la enésima mirada, se levantaban presurosos, alegando estar cansados, corrían a la habitación entre besos brutales, de esos que te devoran la cara, besos en el cuello que ponían a temblar las rodillas. Y cuando llegaban al cuarto, a los tumbos, sin siquiera prender la luz, se tiraban en la escalera, ella se deshacía de sus zapatillas, tu te quitabas la camisa como si esta te quemara la piel, y así comenzaban, la vida era el sexo prolongado y continuo, todo lo tenía implícito. El olor encerrado en la habitación de la que no salían en días, el calor intenso de esas horas, las gotas de sudor que corrían por la espalda y que causaban escalofríos.
Pero la piel te habla, con cada centímetro y te dice que esos son solo caprichos, te hace recordar cuando un simple beso en la mejilla te erizaba completo, te habla de como esa otra chica te satisfacía con el simple echo de entrelazar sus manos. Te recuerda que la chica que te vio sin ropa tantas veces, nunca pudo verte desnudo. Al final, hasta la piel sabe que el corazón está en lo cierto pese a no ser nada sensato.

Amor y Mate.

Ahí estás, encendiendo la estufa para calentar el agua, esperas en silencio y piensas mil cosas mientras el agua gana grados, metes el dedo para comprobar la temperatura y una vez que está al punto, casi hirviendo, la retiras del fuego, apagas la estufa, tomas el recipiente, y viertes el agua en el termo.
Ahí estás, con tu vida normal en marcha y te la encuentras caminando por ahí, subiendo las escaleras, saliendo de algún aula, que sé yo. De inmediato se lleva tu mirada, miras su cara, su nariz, sus labios. Pasa a tu lado sin siquiera notarte, miras su cabello, su ropa, su mochila, por ultimo, le miras el culo. Giras sin darle mas importancia, desaparece de tu vida sin el mayor escándalo.
Tomas el mate, le pones la yerba, a tres cuartos, no mas, lo volteas sobre la palma de tu mano, lo agitas para sacarle el polvo, con un circulo verde en tu mano, metes dos dedos para llevar la yerba de un lado del mate, y hacer espacio para el agua, le limpias la mano, y vas por el termo.
Compartes con tus amigos el descubrimiento de aquella chica, se las señalas a lo lejos, esperando sus comentarios. La miran, la analizan, emiten los crueles juicios, hacen burlas al respecto, te cuestionan el por que. Uno de ellos la conoce, te dice su nombre a pesar de que no se lo pediste, te expresa sus deseos de presentarlos, sonríes y te niegas levemente.
Echas un chorrito de agua fría a la yerba, para no quemarla con la del termo, esperas unos segundos a que la yerba la absorba, clavas salvajemente la bombilla, vas por el termo, viertes el agua caliente de a poco, de chorro en chorro, de nuevo, para que la yerba absorba. El mate humea y burbujea, despide un aroma delicioso, amargo, como la propia infusión.
Luego de algunas semanas tus amigos te molestan al punto de volver la situación obvia. Inevitablemente se hablan, se saludan con un cordial beso en la mejilla ante la mirada expectante de sus amigos. Se apartan, van a un lugar mas privado para conocerse. Hablan por horas, de nada importante, solo banalidades, se simpatizan. Deben despedirse, quieren seguir hablando.
Te acercas temeroso a la bombilla, sabes que está caliente y que probablemente te quemará los labios al primer contacto. Efectivamente, tus labios reaccionan bruscamente al primer contacto con el metal que transmite el calor del liquido. La lengua tiene una reacción similar al entrar en contacto con el agua, la saboreas. Terminas el primer mate, que siempre es el mas amargo, vas a seguir tomándolo.
Se miran de lejos, hablan mucho, pero en persona a  penas y se saludan.
Cebas mate tras mate mientras el agua del termo enfría, lo bebes solo en la cocina, pensando en tus cosas.
Tienen mas encuentros, mas charlas, ya se conocen mejor, sabes de su familia y ella sabe de tu vida.
El mate comienza a hacer efecto, el sueño se te quita y empiezas a sentirte ansioso.
Se confiesan, el secreto a voces deja de serlo, ahora se gustan y lo saben.
Solo eres tu y el mate.
Solo son ella y tu.
Terminas el agua del termo, los mates por hoy se han acabado, tienes una sensación de ansiedad en el estomago, similar a la de las mariposas, no puedes dormir, no puedes pensar, no puedes concentrarte, el mate te altero.
Se encuentran de nuevo, pero diferente. Se besan por primera vez, un beso torpe y a ciegas que te deja ansioso, y si, definitivamente con las mentadas mariposas en el estomago, esa noche no podrás dormir, no podrás pensar, no podrás concentrarte, el amor te alteró.
Repites el proceso día a día, ahora vives entre el amor y el mate. Ansioso y alterado.


- R.S.

sábado, 23 de agosto de 2014

Voluntades.

Está la voluntad de tenerte, la voluntad de llamarte mía, de hacerte mía, de tenerte junto a mi para que de ti nazca la voluntad de tenerme, y que descubras que no tienes que hacerme tuyo porque ya lo soy.
La voluntad de aceptarme tuyo, de decirme tuyo con toda razón.
Querer es poder, dicen. Querer poder, poder quererte, querer el poder de tenerte, tenerte cuando te pueda, porque siempre quiero quererte. Querer nunca mas perderte, perderme en ti porque puedo quererte. Poder poderte. Desarticular el lenguaje porque quiero, porque te quiero, y querer es el poder, y de poder querer olvidarte yo no querría hacerlo. Pensarte porque puedo y si puedo debe ser porque quiero. Querer es la única vía del poder y si yo no pudiera no te querría. Querer el poder, vaya anhelo malicioso. Querer poderte, porque te he podido poder, y quiero poder volver a tenerte. Cuando te quiero sé que el tiempo puede correr, y no voy a dejar de quererte. Querer que sepas que me puedes. Querer poder estar a tu lado para que me quieras y tu poder quede justificado. Que me quieras querer y nunca me puedas perder. Querer estar de pie solo a tu lado, poder estar acostado solo junto a ti. Querer escucharte reír para no poder olvidar, poder que me quieras recordar. Poder hacerte falta, tener poder sobre tu malestar, para nunca hacerte daño. Quiero poder para poder rescatarte cuando mas lo necesites. Poder lastimarte para cuidarte, porque yo nunca querría herirte. Poder tener poder sobre tus llantos para jamás provocarlos. Poder hacerte recordar que me puedes. Querer ser frágil ante ti porque puedo. Querer besarte a cada silencio, poder hacerlo, porque querer, siempre puedo. Querer el poder entero que se concentra en ti, porque te quiero. Querer soñar que te puedo, porque puedo poderte de nuevo. Poder abrir los ojos y verte, querer suspirarte porque te quiero. Que quieras poderme siempre, eso es lo que yo anhelo. Poder hacerte saber que mi ausencia ha sido en vano, porque el unico poder que tengo es el de quererte a mi lado.
Quiero el poder de tenerte para poder decir que te quiero. Esas son mis voluntades. 


- R.S.

Fracaso.

Hoy fue el día, la noche, la madrugada, para ser justos. Fue esta la madrugada con las ventanas abiertas y el viento frío penetrando libre, sin oposición alguna. Fue aquí y fue ahora que me he dado cuenta que estoy abandonado.
Esperaba tranquilo uno de esos triunfos inmerecidos tan habituales en mi vida, pero no llegó, me enfrentó con la realidad, me enfrentó con el ya no ser el niño pijo que todo recibía. Era mi esencia, lo que me quedaba. Y no me mal entiendan, no es esta derrota menor lo que me hiere, me hiere ya no ser el, me duele ya no tener nada de el. Ya no tengo la entereza ni la decisión, ya no soy el chico duro de mirada firme que sin un temblor en la voz te decía "Adiós guapa, te quedas, yo me voy y no me sigas" Ahora dudo y tiemblo, mis decisiones firmes no duran mas de cinco minutos, la angustia es total. Me esfuerzo por lo que quiero y no lo obtengo, no me esfuerzo y no lo obtengo, me comporto como un patán y me dan mi merecido, la hago de buena persona y me ven la cara de pendejo.
No soy mas el que siempre y sin importar como obtenía lo que quería, soy un pobre diablo que no consigue nada sin importar lo que haga, que siempre apalean y dejan en ridículo. Este fue el fracaso que me hizo caer en cuenta que mi arrogancia es ahora injustificada.
Quizá alegaba estar perdido porque no podía enfrentar la derrota, hoy le doy la cara y le exijo la muerte a la maldita, le exijo que me de con todo, que para eso estoy, que me escupa, que me denigre, que me patee, que se ria en mi cara, porque yo ya no pienso meter la manos. No soy el protagonista de ninguna película de acción que pueda salir bien librado de una explosión, no, yo soy un humano muy por debajo del promedio, que va conociendo la mediocridad. Si me golpeas me tiro a esperar las patadas, sangro y lloriqueo en el piso, porque eso es lo humano, no me voy a arrastrar a suplicarte piedad, no voy a gritar por auxilio. Me quedo digno en el piso a recibir las ostias. Lloraré solo de dolor, pero no pares, no pares nunca aunque me quede afónico, aunque mi cara esté hinchada por los golpes al grado en que las lagrimas se mezclen con la sangre y los mocos. Hazme babear de dolor ¡REVIENTAME, CARAJO! Soy vulnerable a ti, fracaso, incluso mas que los demás, o quizá no, quizá incluso en eso estoy en el patético promedio.
Quiero ser el cristiano del circo romano, que todos se deleiten viéndome morir, que exijan mi sangre y rían a mi muerte, que escupan a mi tumba y orinen mi lápida, que ya muerto roben mis vestiduras y quemen todo lo que consideré valioso.
¡Ten cojones y ven directo a por mi!  Déjate de rodeos, déjate de buenas rachas con recaídas inevitables. Pienso caerme y no levantarme mas.


- R.S.

jueves, 21 de agosto de 2014

Canta, Plata Azul


Parte 1
Existía un reino cuyo poder era tan basto que era capaz de producir su propia energía, la cual resultaba absolutamente suficiente e incluso podía dar el servicio de abastecer reinos periféricos. Esta tecnología era venerada de tal que hasta viajeros procedentes de los más remotos lugares acudían pues para presenciar cómo era posible tal trabajo.
Por supuesto que los gobernantes tenían claro cuál era la función de esa máquina que transformaba el oro en una fuente inagotable de energía. Un sólo lingote era suficiente para abastecer tres reinos durante cien años. Toda clase de beneficios proporcionaba la máquina salvadora del Hombre. Todos poseían energía suficiente para llevar a cabo las actividades cotidianas en cada pueblo. Por ende, parecía que cada aspecto de la vida en sociedad dentro de estos pequeños reinecillos era pacífica y fructífera.
La guerra que había cesado decenas de años antes, tuvo como consecuencia la fragmentación de lo que antes se conocía como naciones democráticas.
Dentro de las rupturas cosechadas, se encontraban los territorios que a continuación conformarían la Tríada de Reinos. Fueron buenos años para ellos. Poco se sabe de cómo obtuvieron ensamblar la máquina conversora. Pero era evidente que un día algo tendría que cambiar. Quizá porque ellos no fueron los únicos sobrevivientes de la última oleada de ataques que sufrió el planeta a manos de sus propias bombas de destrucción masiva-atómica. Quizá porque mientras ellos recibían el azar providencioso y gozaban de todos sus avances, los supervivientes tuvieron que re-fundarse. Ya no se cristalizaron en nuevos Hombres, los llamados bárbaros cultivaron una idea en ellos. Concluyeron que el único producto de pasar la vida tejida en sociedad, en ciudades- Estado, en Imperios, en Repúblicas, finalmente resultó en la aniquilación casi total de todos los individuos.
Pero aquellos individuos que sobrevivieron para formular este pensamiento, tomaron como enemigo a la Triada de Reinos, y sus límites consistían solamente en su poder. No exigían una moral; no tenían religión; no había dirigentes. Era una asociación pura de poder. Los únicos que pertenecieron a la inmensa mayoría de gente pobre, que fue exterminada por ese ataque de hace décadas, forjaron su poder, forjaron su amor por sí mismos, para no sólo derribar, sino superar y postrarse por encima de lo que hasta ahora representaba la máxima historia de arrebatos y genocidios hacia los individuos.


K.B


lunes, 18 de agosto de 2014

Uno punto cero

Caminaba por la Barceloneta de la mano de la nana, de lejos veía a mis hermanas jugueteando, corriendo y gritando, a nuestro lado mis padres hablando en tono serio y cordial. Era de mañana, quizá las diez o las once, algo así. Le solté la mano a mi nana y eche a correr a la mar siguiendo a mis hermanas que para ese momento iban ya bastante lejos, tropecé y las perdí de vista, pero vi el mar, parecía gentil y manso, me invitaba a entrar, me levanté y con cautela me acerqué al agua, dejando que mojara primero mis pies, iba con una bermuda y un suéter. De lejos escuchaba a mi madre gritar "dile que se quite el suéter, carajo" me deje caer en la orilla, y me quedé sentado jugueteando con el agua, mientras la nana decía "Dóna'm el suèter, Rodrigo" una y otra vez, yo la ignoraba feliz y es ¿por que me tendría que quitar el suéter? así estaba bien.
Me metí un poco mas y me tiré de panza en el agua nada profunda, con el suéter, por cierto. Dejaba que mi nariz tocara la arena. Levanté la vista y observe una pequeña ola venir acercarse a mi, me lanzó fuera del agua, recuerdo el sabor del agua y la sensación cuando entraba por mi nariz y me revolcaba. Perdí el conocimiento, no recuerdo mas. Cuando me recuperé estábamos cenando en un restaurante con sillas altas, yo estaba seco y mi nana trataba de hacerme comer los espárragos. Me gustaban los espárragos, pero me gustaba mas hacerme el duro, luego de varias mañana compartiendo con mis compañeros del jardín de niños había entendido que la labor de alguien de nuestra edad era hacer las cosas complicadas. Ese era mi trabajo y yo lo cumplía a rajatabla. "Menja, si us plau, cor, que estan molt rics" me decía la pobre chica. Al final los comí, como dije, me gustaban.
Durante el camino de vuelta recuerdo que miraba fascinado desde la ventanilla del auto la ciudad de Barcelona. No me gusta estar ahí, me aterraba, pero verla de lejos me hacía sentir mas valiente, de lejos la obra de Gaudí no me asustaba igual. Me sentía aliviado.
Llegamos a Girona, casa al fin, me acuerdo con mucho cariño de esa puertita de madera que separaba el pequeño jardín frontal de la calle. Llovía y yo bajé corriendo del auto para abrir esa puertita y entrar, mi madre desde el coche gritaba "¡el suéter!" No recuerdo si era porque lo llevaba puesto o es que lo había olvidado.
Entré a casa y el olor a panellets, mi abuelo en la cocina que me recibía con un cálido abrazo y me preguntaba "¿Se ha divertido mi nen?" yo le sonreía. Mi padre, detrás de mi, mirándonos. Y mi abuelo que le decía una y otra vez "Como se parece a ti"
Esa noche me quedé dormido mirando a la ventana, el árbol que rosaba el vidrio, y escuchando las gotas golpeando.
Fue el primer día en que que no dije una sola palabra, nadie pareció notarlo.


- R.S.

viernes, 15 de agosto de 2014

Ansias.

Están en varias partes, comienzan por la espalda, con un ardor horrible, están presentes en el estomago, te lo revuelven y se expanden provocando nauseas, están en la cabeza hacen que duela, casi al punto de explotar, estas también se expanden, van de la cabeza a la cara, sientes un intenso calor y presiente como se ruboriza tu rostro, llegan a los ojos, los llenan de lagrimas. Al final, desde todos los puntos se reúnen y se concentran en la garganta, con un nudo insoportable que no te deja pronunciar palabra. Se salen las lágrimas con sollozos entrecortados, aprietas tus puños y golpeas lo que tengas a mano, te sientes débil, impotente, frustrado, empequeñeces, la habitación se vuelve grande, quieres gritar y no puedes, quieres morir y no mueres. Dejas tus propias uñas marcadas en las palmas de tus manos de tanto apretar los puños, deshaces tu cama, tiras tus libros, descuelgas la ropa y la lanzas furioso, pasas tus manos por tu cabello una y otra vez. Cuando el nudo de tu garganta se rompe y logras pronunciar palabra lo unico que salen son lagrimas y un grito de dolor profundo, de esos que duelen en una parte incierta del ser, tal vez en el alma. Pierdes fuerzas, caes al piso abatido y ahí viene la parte mas trágica del llanto, cuando la mente deja de oponerse, cuando los sollozos se liberan en su totalidad. Lloras en el piso, sin fuerza, te retuerces de dolor, no por voluntad, pataleas desesperado como si quisieras salir de una honda fosa donde te ahogas. Tu cara está irreconocible, roja, mojada, con un gesto descompuesto. El llanto te sofoca, no te deja ni pensar, la rabia te aprieta, comienzas a ponerte morado, en verdad no puedes respirar. Sacas fuerzas, te levantas, das una patada al viento, desganada, te tiras a la cama y lloras, el tiempo ha dejado de correr, ese instante parece infinito y justo cuando crees que morirás, caes en el profundo sueño, desgastado por el llanto. Esa noche duermes como un bebé, tienes sueños reconfortantes que ni siquiera le dan espacio a una pizca de realidad.
Te levantas por la mañana y los recuerdos atacan, te miras al espejo, despeinado, con la ropa aún puesta porque no reparaste en quitártela la noche anterior.
¡¿Cuando chingados llegará el día en que dejes de sentirte agobiado por la necesidad de decir la verdad?! ¿Cuando podrás vivir cobarde como el resto omitiendo el "y si yo hubiera"? ¿Cuando aprenderás a ser un feliz ignorante? ¡Deja de envidiar y aprende, maldita sea!
Trágate esas ansias, la jugada casi nunca te sale.


- R.S.

Identificación oficial.

En unas horas voy a ir a realizar el tramite de mi identificación oficial, la que me acredita como un ciudadano mexicano, mayor de edad y apto para decidir el curso de un país... Me acredita para algo que definitivamente no soy. ¿Por que quien chingados soy? Estoy en un punto critico de mi vida, a causa de este tramite y lo que implica me he puesto a analizar quien he sido, al menos en los últimos meses, desde que soy mayor de edad, por lo menos. Y bien ¿que soy? pues soy un "adulto" que ha perdido los sueños, en todo sentido, cuando decía que había llegado a un punto critico no exageraba en absoluto. Tal vez justo ahora no estoy deprimido, tal vez no me encuentro tan decadente como me había encontrado últimamente, o al menos la decadencia no es tan evidente, porque algo anda mal y de eso estoy muy seguro. He fumado mas, mucho mas de lo habitual, he bebido mucho mas de lo habitual, al grado de no recordar nada de las noches de borrachera, he dejado de leer, hace ya mas de dos meses que no agarro un libro por voluntad propia, soy incapaz de dormir antes de las 5 A.M.
No sé que es lo que quiero en ningún sentido. ¿Les ha pasado? ¿Se han sentido así alguna vez?
Estos días he estado escribiendo mucho y eso no es necesariamente bueno, las rachas de inspiración vienen impulsadas por algo, no se mueven con la nada, estas rachas vienen junto con una gran crisis o junto con una gran alegría y todo me hace pensar que es lo primero.
Dejé a mi novia, hace un par de semanas y ni siquiera sé por que, era una chica extraordinaria, pero no, no me arrepiento, de hecho ni siquiera había pensado acerca de esto, de vez en cuando me preocupa el como estará, pero no es nada que no se pase en un par de segundos. Lo traigo al tema porque ¿desde cuando soy así de indiferente respecto a los sentimientos? Yo no la quería, no la quise en ningún momento y a pesar de eso estuve un mes entero con ella ¿Desde cuando me miento así a mi mismo? "¿Como es que llegas a estar con alguien que no quieres?" Eso me preguntó alguien muy importante para mi, y fue como si la voz viniera de dentro mio ¡¿Por que lo hice?! No lo entiendo, no entiendo nada.
He dudado hasta de mis creencias fundamentales. Hace medio año a penas estaba seguro de querer formar una familia y llevar una vida común y tranquila, ahora ni eso me convence. ¿Como haces para seguir cuando ya no tienes un rumbo? ¿Hacia donde viajas entonces?
"Ya nada es un juego" Me dijo otra persona fundamental en mi vida, y la verdad es que esa idea me aterra, YA NADA ES UN JUEGO y justo ahora que los juegos se acabaron yo perdí la ruta.
Estoy muy asustado y no sé a quien recurrir, estoy tentado a volver por el unico camino que recuerdo, Y justo ahora es mi única opción, ni siquiera puedo saltar al vacío, porque no sé donde carajos está el vacío. Es como si hubiera entrado a una habitación desconocida y con las luces totalmente apagadas; Sé donde está la puerta de la habitación, porque acabo de entrar y no he despegado mi mano de la puerta, podría abrir esa puerta y volver. La cosa es que ya no me gustaba lo que había ahí. Y ahora que sé que ya no es un juego no puedo tomar una decisión sin pensar en lo que conlleva, no hay duda de que la consciencia es un arma de doble filo.
Es gracioso que las instituciones nos reconozcan como adultos a los 18, es decir, quizá yo sea un caso unico de alguien que se perdió, pero quizá todos estamos igual, si es así, que jodido que nos obliguen a tomar responsabilidades cuando no podemos responder ni "cual fruta roja es la mas buena"
Como el naufrago, lanzo este escrito con la esperanza de que alguien lo lea y pueda ayudarme, porque de verdad estoy perdido.


- R.S.

jueves, 14 de agosto de 2014

Cada madrugada.

Cada madrugada salía al balcón, a veces con una caliente taza de té, a veces con un cigarro, a veces ambas. Solo me quedaba de pie, estático, con a penas los movimientos necesarios para llevarme la taza o el cigarrillo a la boca. Admiraba la noche, las nubes, la luna cuando asomaba, los aviones, los coches. Encontraba la madrugada encantadora, siempre con el silencio necesario, siempre en calma, con pocos peatones, algunos de ellos ebrios. Aquello era fascinante.
No sé desde cuando, la verdad es que no lo recuerdo, pero hubo un día en que un gato naranja apareció y lo cambió todo. Al principio no era nada extraordinario, tan solo un gato que merodeaba y que de vez en cuando llamaba mi atención, pero poco a poco fue volviéndose habitual. No había nada especial en su merodear, solo que era el unico ser vivo al alcance de mi vista, caminaba por las aceras aledañas, buscando algo, tal vez comida. ¿Como saberlo con certeza? Quizá lo que buscaba era sentido, tal vez ese gato me ignoraba deliberadamente, para impedir que interfiriera en su búsqueda. Se movía de una esquina a otra, se recostaba en el paso de cebra, a veces trepaba un árbol pequeño y permanecía contemplando. Quizá el pequeño felino escalaba allá y se quedaba abstraído recordando un triste tango, lamentándose en silencio, mirando a la luna. Quizá ese gato y yo no eramos tan distintos, tal vez solo esperaba el momento en que yo le invitara a pasar y le ofreciera una taza de té y su correspondiente cigarrillo, o por lo menos una calada del mío. Quizá quería hablar sobre la triste búsqueda de sentido que nos traía por el piso a los dos. Pero no, ese gato era mas sensato, el si se arrastraba sin ninguna vergüenza, el no pretendía mantener ninguna imagen, el era sincero, buscaba algo y lo demostraba, lo demostraba con su incesante vagar por las calles. Y yo no mostraba mas que una triste actitud cobarde, tan humana. En cierta forma yo era el rastrero. Seguro que ese gato me odiaba, seguro que le producía nauseas, tal vez por eso mantenía el contacto visual al mínimo posible. Seguro se burlaba en silencio de como le daba características humanas a su pensamiento. Seguramente el era capaz de procesos mentales mas complejos.
No recuerdo cuando fue la primera vez que lo vi, ni tampoco cuando fue la ultima, a veces creo que ese gato llegó y se fue de forma gradual. Que malos modales.
Ese gato nunca fue nada extraordinario, es solo que nunca lo escuché maullar.


-R.S.

lunes, 11 de agosto de 2014

El Niño Pijo

Soy yo, el niño pijo al que todo le han dado, el que todo ha obtenido sin sudar una gota, el que por esfuerzo entiende una rabieta. Y hoy que el objeto del anhelo se me ha negado a mas no poder, y hoy que las rabietas no han servido y que las lagrimas no han hecho mas que mojar, hoy ya nada tiene sentido, hoy ya no sé quien soy, hoy he perdido el norte, ya no sé a donde voy, ni tampoco dónde estoy parado, hoy dudo de todo, hoy no sé como responder, no sé por que peleo, no sé si quiero lo que he querido, si sigo anhelando lo que me he pasado tanto buscando. Ya no sé.
Hoy soy yo, el que se crió en la podredumbre de la burguesía y que lucha ahora por adaptarse a las clases populares. Hoy soy el eterno exiliado de un país que guarda mis primeros recuerdos pero que sigue sin ser mío, el que desea volver a los días de las barras y las estrellas. Mi lugar es el de los Pirineos, mi tiempo el del suburbio americano y mi presente que desentona es el de una gran ciudad, lejos del pasado.
Hoy el niño pijo llora y patalea porque la maldita se ha negado, hoy el niño pijo dice "no quiero esa paleta, puedo tener el resto de la dulcería" Pero esa paleta es imprescindible en el esquema, sin ella la dulcería es solo un montón de glucosa con envolturas de colores. Hoy el niño pijo se quiere escusar, quiere decir que ya no es eso lo que le quita el sueño, pero no sabe como, porque tal vez lo sea.
La vida es dura, y yo no sé de complicaciones, la que hoy me azota sigue siendo mi tormenta perfecta, quizá porque no me he enfrentado a mas. Es lo que sé de calamidades.
Hoy el niño pijo tiene de todo, pero se ha quedado con el amargo de la derrota y no halla como quitarse el mal sabor.
Hoy el niño pijo come caviar pero ansía el sabor de lo que no tiene. Porque eso es, es un niño pijo, caprichoso y malcriado que ahora mismo deja todo lo que sin esfuerzo obtiene por eso que se le ha negado. Como le frustra, como llora, como patalea, como anda sin sentido porque hasta el día de hoy no alcanza a comprender como es que nada le funciona para tener esa paleta. Porque el niño pijo es asqueroso y despreciable, y ha intentado comprarla, porque ha embellecido un enfermo deseo de posesión.
¡Maldita educación que el niño pijo ha recibido! Educación que le hace llevar como estandarte el "todos tenemos un precio"
El niño pijo usa toda la educación, la cultura y los modales que la posición socioeconomica le han dado como armas para la conquista, y no lo logra. Este niño es un signo monetario con muchos ceros que camina y habla con argumentos guardados en un banco suizo, todos ellos "free-taxes"
Hoy el niño pijo maldice a los cuatro vientos porque le falta algo que el dinero no le ha dado y no lo entiende.
Y bien, el niño pijo se ha perdido, ya no sabe mas, no sabe quien fue, no sabe quien es, no sabe quien será. Manda al diablo todo, porque no le ha servido para lo unico que ha querido. ¡¿Y ya que mas da?! ¡La puta madre! Se niega con todas sus fuerzas a volver a cualquier lugar que le recuerde como ha sido vencido. Al final, este tipo callado con pinta de intelectual, no es mas que una chica plástica, que no puede respirar, si encuentra uno de sus cabellos fuera de su lugar.

Hoy el niño pijo quiere el olvido, pero el olvido tampoco se compra.


-R.S.


jueves, 7 de agosto de 2014

Despertar

Eran las cinco de la mañana y los primeros coches ya iban pasando, el despertador sonó como cada madrugada anunciando la trágica rutina. Despertar y pensar lo mismo de siempre, pero hoy era distinto, en escencia, el pensamiento era el mismo, pero algo había cambiado, estaba seguro. Se levantó de la cama, aturdido, haciendo esfuerzos enormes por abrir los ojos, habían sido noches malas, a penas dos o tres horas de sueño, con terribles y prolongados intervalos de vigilia.
La noche anterior se había levantado a las tres de la mañana, aterrado por un sueño que era incapaz de recordar, despertó agitado, asustado, con una sensación de vacío muy propia de su consciencia, debió ser algo terrible, no pudo conciliar el sueño luego de eso. Curaba su insomnio vagando por la casa, acompañado por un vaso de agua, o de ron, según su estado de animo, caminando de un lado a otro, pasando por el comedor, la cocina, la sala, su habitación, es sus momentos menos lucidos, incluso el baño.
Una vez cumplida la rutina de la mañana salió de la casa, encendió el coche, y tomó camino. Había algo esa mañana, su mente era ocupada por el mismo pensamiento insensato de siempre, le daba vueltas intentando encontrar alguna novedad, pero no había nada, la situación, en si misma, estaba igual que antes, lo unico nuevo, era el hastío, un hastío que apareció de la nada, con razones de sobra, pero sin el mayor aviso. Y mientras mas intentaba evadirlo, mas lo encontraba.
Ya en el trabajo el enojo era evidente, estaba frustrado con el poco control que tenía de las cosas, ni siquiera por su parte podía estar seguro, los sentimientos lo atropellaban, le pasaban por encima a su razón de una forma patética.
Hay días así, en que los sentimientos arrasan, y se vuelven obvios ante la vista del resto, no era algo que pudiera contener, sus compañeros lo notaban y preferían mantener distancia.
Se tomó un momento de descanso del trabajo que ni siquiera era capaz de realizar en su estado, fue al baño, desesperado, nunca el corredor que separaba los baños de los cubículos le había parecido tan largo, mientras lo caminaba se notaba a si mismo mareado, estaba disperso mentalmente, pero ahora a eso lo acompañaba un malestar físico similar al de un adicto en plena abstinencia. Ya en el baño mojaba su cara presuroso, tratando de dispersar el mareo, se golpeaba, cada vez con mas fuerza, sin embargo no podía reaccionar, dirigía la vista al espejo, estaba pálido, con las mejillas enrojecidas luego de los bofetones que el mismo se había pegado, quedó absorto por un momento, se miro a si mismo a los ojos, había algo extraño, notaba una coloración amarillenta, poco a poco iba notando mas cosas, cosas que seguramente no eran reales, veía como palidecía su rostro, mas y mas, era ya un fantasma, notaba las ojeras, veía arrugas aparecer, su cabello ponerse blanco, veía desesperado como sus manos, se arrugaban y se torcían, estaba al borde de un colapso, intentaba llorar, gritar, pedir auxilio, pero había un nudo enorme en la garganta, que lo ahorcaba y obligaba a mirar como su cuerpo decaía en un santiamén, su vista se nublaba de a poco, comenzando por los costados. Cuando pudo recuperar un poco de razón, se encontró tirado en el piso del baño, a los pies del lavabo, sin corbata, con la camisa desfajada, y el saco, nunca supo donde dejó el saco. Se incorporó lentamente, sosteniéndose de lo que podía, volvió a mirarse en el espejo, era el, la palidez persistía, pero solo eso. Lucía realmente mal, salió del baño tambaleándose, aturdido, aún, pensó en volver a sus labores, pero en ese estado le habría sido imposible. Salió del edificio, sin siquiera ir por su coche, caminó por la calle, confundido, tratando de respirar hondo y evitar una caída en plena vía pública. El sentía las miradas de la gente, creía escuchar los susurros, para el, todos estaban mirándole y comentando su estado, había un ruido desmedido en su cabeza, los sonidos se agudizaban si excepción, desde el cantar de los pájaros hasta el claxon de los autos que esperaban la luz del semáforo.
Estaba pasando, al fin iba perdiendo la cabeza, y no hay mejor manera de perder la cabeza que sintiendo las cosas tal y como son. Acostumbrados a sumergirnos en lo nuestro, en nuestra pequeña realidad que nos absorbe y nos hace ignorar al resto, el ya no podía sostener esa mentira, notaba todo y no podía con nada, los ruidos aumentaban, la gente era vista a detalle, podía ver el lunar en la espalda de la mujer que corría a al menos 30 metros de ahí. La realidad le aturdía, le saturaba, estaba por estallar.
Ese fue el sueño que lo despertó aquella noche.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Me gustan.

Hay sonrisas.
¡Ay sonrisas! Como me gustan, como me gusta esa sincera expresión del cuerpo, como me gusta ver dilatarse los labios mostrando desvergonzados las dentaduras; las amarillas y chuecas, las blancas y rectas como estrella de cine y con gran presupuesto, las incompletas por vejez, las incompletas de leche, las incompletas por uso, las accidentadas. Todas las dentaduras que asoman sin complejo tras romper la atadura de unos precavidos labios.
Me gustan las sonrisas; Las que apenas se dibujan con una ligera torcedura en los labios, porque el portador es discreto. Las que salen por la persona amada en el momento menos indicado porque vienen del corazón. Las estruendosas porque generan acompañantes en su sonoro camino. Las de complicidad porque dan fe de un acuerdo pactado mas allá del dialogo. Las que vienen tras un gran chiste, porque son reflejos sinceros de un acto inesperado, un susto agradable. Las que salen a relucir en las fotografías, porque nunca son tan buenas como las naturales, y eso me maravilla. Las que vienen del recuerdo, porque son un viaje a tiempos mejores cuando mas lo precisas. Las que llegan en los momentos solemnes, porque pone de manifiesto la naturalidad de la alegría. Las de los bebés, porque son como pinceles en el oleo de nuestro rostro. La de los niños, porque es exagerada y escandalosa, y nos muestra un esfuerzo sincero por ser feliz. Las de nervios porque siempre son torcidas y extrañas, casi surrealistas. Las que nos sacan el llanto, porque son eufóricas y locas, sin control, retocadas con sollozos de jubilo. Las que aparecen en medio de un beso, con los ojos entrecerrados, en el contacto mas bello entre dos humanos. Las de los abrazos, confortables y cálidas. Las de deseo, porque mezclan la pasión, el instinto y la complicidad. Las que nacen en el encuentro de dos personas que se extrañan, porque son la explosión de las alegrías acumuladas, esperando por ser compartidas.
Me gustan las sonrisas porque retocan nuestros ojos, les dan brillo.
Me gustan las sonrisas porque son capaces de crear arrugas que nadie quisiera borrar.
Me gustan las sonrisas porque son universales.
Me gustan las sonrisas porque son la respuesta a lo maravilloso.
Me gustan las sonrisas porque son la expresión de un alma libre.
Me gustan las sonrisas porque son propias y también transferibles.
Me gustan las sonrisas porque son rebeldes.
Me gustan las sonrisas porque son un acto de amor.
Me gustan las sonrisas porque incluso en el lenguaje escrito han logrado aparecer ":) :D ;) xD"
Hay sonrisas ahora que vivo y las habrá cuando muera. Me gustan.


- R.S.

lunes, 4 de agosto de 2014


DE “LA GUERRERO” PARA EL MUNDO: “77 AÑOS SACUDIENDO LA POLILLA”.

Al doblar sobre “Flores Magón” para llegar al #206 de “Lerdo” se puede apreciar ligeramente remoto el naranja sumergiendo hacia el cielo con la cruz de la Señora de Los Ángeles.

Es preciso llegar antes de aquella edificación celestial homónima al santuario de las pisadas exactas, embriagadas por el compás de la tumbadora y manipuladas al son de la tarola.

La excentricidad de aquellas rojas letras neón combinan a la perfección con aquella horma a la italiana, elevada lo suficiente para demostrar clase, que así mismo refleja la refulgencia del conjunto de eslabones que recorren un largo camino que parecería inagotable. Y sin dar más demora a la comparsa, se dan vuelo aquellos brillantes vestidos que dejan observar la sensualidad y elegancia de una dama.

Desde antes de atravesar aquel laberinto que parecía eterno, se puede sentir y oír retumbar los acordes de “Chamaco Aguilar” dirigiendo dos orquestas, una en el escenario y otra en la pista de baile.

El amplio establecimiento está lleno, pero es capaz de albergar a muchas almas más.

Después de realizar un pequeño recorrido, se puede uno colocar fielmente en un asiento que lo aguardará toda la noche.

Repentinos disparos de luz pálida colisionaban con los brillantes y estrafalarios atuendos que se veían interrumpidos al ser maniobrados cadenciosamente por la tradicional Orquesta de Pepe Luis.

¿Qué podremos mencionar del Salón Los Ángeles que no hayamos visto en otros medios o lo hayamos percatado por nuestra voluntad?

El 2 de Agosto de 1937 abrió sus puertas aquella bodega que resguardaba material y vehículos de transporte, pero con otras intenciones, unas muy distintas que marcarían el inicio de algo que va más allá de una época o una moda, o tal vez que un estilo de vida: una identidad.

La Colonia Guerrero ha albergado este recinto casi intacto como el que se presentó hace 77 años. Siendo un centro de reunión social, alcanzaría más que su primer cometido, llegando a ser más que una empresa exitosa; la casa de muchos, no solo mexicanos, sino hispanoamericanos que llevarían al clímax su trayectoria artística y personal.

Los asistentes que acuden cada martes y domingo, así como las miles de personas que han desfilado a lo largo de la vida lugar, han sido testigos de la evolución y trascendencia del mismo. Así mismo, el salón llegando a ser parte fundamental del desarrollo de la música afroantillana que fue fuertemente impulsada y mantenida en México, la cual es un integrante fundamental para la base la música contemporánea.

Es importante reconocer el gran labore que ha hecho este salón, como lo hizo en su momento Frida Kahlo, Diego Rivera (quien se dice que era un fiel y ferviente seguidor del danzón), Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, José Saramago, García Márquez, etc. Infinidad de personalidades que han lustrado la vetusta, oblonga y dispareja duela, que suena denotando cada una de las historias que ha visto pasar en su dilatada subsistencia.

La Sonora Matancera junto con Bienvenido Granda, Daniel Santos, Celio González, Leo Mariní, además de Rubén Blades, Willie Colón, El Gran combo, Acerina y su danzonera, Felipe Urbán, Pepe Luis, Pepe Arévalo, Mikey Laure, etcétera, etcétera, etcétera han dejado huella en el lugar.

No podíamos dejar de mencionar el gran aprecio y el santuario (literal) que se tiene al “rey de la casa”: Damaso Pérez Prado, quien gracias a su fantástico ingenio y talento son regaló lo mejor de un mejor ritmo caribeño: el mambo.

Benny Moré, otro artista relevante quien comparte una maravillosa anécdota   el Salón Los Ángeles, ya que en una servilleta de una de las mesas de aquel recinto fue creada y diseñada aquella significativa canción para la carrera del cantante, llamada “Bonito y sabroso”, que nos da a entender la amplia y resistente hermandad entre nuestro querido país y Cuba.

Por último también debemos de resaltar otro espléndido labor que ha hecho el salón, desde tratar de mantenerse a la vanguardia sin perder su concepto, apoyando proyectos contemporáneos, siendo así locación para la grabación de videos de artistas como Panteón Rococó y Fobia. Ha sido también utilizado para representar ese concepto barrial y tradicional en películas como “Danzón”, con la participación de María Rojo, “Tívoli”, con Francisco Córdova, “Una gallega baila mambo”, con Joaquín Pardavé y Silvia Pinal, la primera puesta teatral de “Aventurera” de Carmen Salinas, y muchas más.

El danzón, proveniente de la contradanza francesa, se creó a finales de la década de 1890, llegando a México a principios del siglo XX, además de que gracias a este ritmo se crearon MUCHOS de los ritmos hispanoamericanos, que surgieron gracias al desarrollo que se dio en las Antillas con sus influencias africanas. Por lo tanto, repito, los ritmos surgidos serían básicos para la evolución de la música contemporánea. Y el Salón Los Ángeles, pocos de los sobrevivientes salones de baile tradicionales, sigue manteniendo en pie este gran y fundamental ritmo llamado danzón, cosa que desgraciadamente poco a poco ha ido evaporándose.

 “Los Ángeles estaba aquí hace 40 años, y seguirá aquí mientras el tiempo dure y el alma baile”.

-Carlos Fuentes.

Amén.

"PARLE"

  



domingo, 3 de agosto de 2014

¿Y ahora que?

Hace un año y algunos meses atrás me encontraba cerrando un ciclo y escribiendo acerca de ello de de como las pequeñas cosas te podían cambiar la vida, bien, pues en este año lo he comprobado, definitivamente no soy el mismo que escribiera aquello, soy alguien completamente diferente, y efectivamente fueron las pequeñas cosas las que me cambiaron de forma definitiva.
¿Que aprendí? Aprendí a abrirme, descubrí como dejar de lado mi pose, descubrí como se sufre, como se goza, como se es feliz y miserable a la vez como decía aquél poeta cuyo nombre (en verdad) no recuerdo, descubrí mi punto máximo de felicidad, y mi punto máximo de miseria. Caí en la peor de mis decadencias, me encontré a mi mismo borracho durante una semana entera, me encontré llorando tirado en un rincón de mi cocina, gritando y maldiciendo al espejo con la cara empapada en lágrimas, pero también me vi riendo como loco, saltando de alegría, llorando de felicidad, gritando eufórico por lo perfecto de un momento. Vi los mayores contrastes en mi, renuncié al sueño de toda mi vida por la causa mas noble, fui el testigo del cambio mas radical. Aprendí, sin duda alguna, conocí mis verdaderas capacidades.
Hoy, un día de agosto del 2014 escribo esto, a punto de comenzar un nuevo ciclo en mi vida, mis expectativas para este son mucho menores, me atrevo a decir que no puedo cambiar mucho a partir de esto, sin duda será un ciclo mas tranquilo, tal vez sea el momento en que deba aplicar los conocimientos ganados, comenzar a administrarlos y empezarme a valer de ellos. Y quizá esta "humilde" expectativa sea miedo, tal vez no quiero cambiar mas, porque ahora sé lo que esos cambios duelen, tal vez sea eso, a decir verdad deseo un viaje mas tranquilo, pero sin importar por donde lo mire, tengo la certeza de que tendré que echar mano de lo aprendido en mas de una ocasión. Si, creo que es miedo, no me culpen, el conocimiento te vuelve temeroso.
¿Como me siento con esta nueva etapa? Me siento ansioso principalmente, hay cosas que aun no sé como enfrentar, hay responsabilidades que debo tomar, y muchos cambios que aplicar, la diferencia con este y otros ciclos es que antes sabía bien cual era mi punto de partida, me conocía perfectamente, ahora soy un perfecto extraño para mi mismo, es un poco como andar a ciegas. Decía Fito Paez "La sabiduría nos llega cuando no nos sirve para nada" ¿Y si es así? ¿Y que tal si ahora lo aprendido no me ayuda? Puede pasar, es decir, ahora vienen situaciones diferentes, cosas nuevas, y la verdad es que no sé si prefiero cosas nuevas o enfrentarme a lo del pasado, con las cosas nuevas no sé como enfrentarme y con el pasado no sé como reaccionaré.
Tengo  miedo, tengo miedo especialmente de un día, de el ultimo día, tal vez sea muy pronto para pensar en el, o tal vez no, lo indudable es que ese día llegará y ese día se cobrarán todas las cuentas... No sé si debo algo.
Les ofrezco una disculpa, sé que estoy divagando de forma terrible, pero es que estoy echo un lío y quería compartirlo, tal vez se sientan igual.
Las cosas del pasado no resueltas, las cosas que están por pasar, el tormento de no saber quien eres, la cuenta que el tiempo está por cobrar. Es el ultimo año de la prepa, tal vez no lo sea para mi, pero al menos será el ultimo año de la prepa tal y como la conozco. La etapa mas importante de mi vida, de nuestras vidas, la que mas te cambia, la que te forma, donde conoces a la gente que estará ahí para siempre, todo eso está por acabarse y yo estoy francamente aterrado, así es, como podrán ver este texto no es mas que una confesión del terror del que estoy siendo presa, el terror de no saber (¿La aventura de lo inseguro?) el discreto encanto de estar a la deriva, le podría poner mil nombre rimbombantes. ¿Como le llamarían ustedes? ¿Como se sienten con esto? ¿Que esperan de esta experiencia?
Soy una masa insegura  que debe definir todo su futuro en un solo año. ¿Que son ustedes?

Mi única certeza es que todos cambiamos y yo ya no soy el mismo.




-R.S