sábado, 23 de agosto de 2014

Fracaso.

Hoy fue el día, la noche, la madrugada, para ser justos. Fue esta la madrugada con las ventanas abiertas y el viento frío penetrando libre, sin oposición alguna. Fue aquí y fue ahora que me he dado cuenta que estoy abandonado.
Esperaba tranquilo uno de esos triunfos inmerecidos tan habituales en mi vida, pero no llegó, me enfrentó con la realidad, me enfrentó con el ya no ser el niño pijo que todo recibía. Era mi esencia, lo que me quedaba. Y no me mal entiendan, no es esta derrota menor lo que me hiere, me hiere ya no ser el, me duele ya no tener nada de el. Ya no tengo la entereza ni la decisión, ya no soy el chico duro de mirada firme que sin un temblor en la voz te decía "Adiós guapa, te quedas, yo me voy y no me sigas" Ahora dudo y tiemblo, mis decisiones firmes no duran mas de cinco minutos, la angustia es total. Me esfuerzo por lo que quiero y no lo obtengo, no me esfuerzo y no lo obtengo, me comporto como un patán y me dan mi merecido, la hago de buena persona y me ven la cara de pendejo.
No soy mas el que siempre y sin importar como obtenía lo que quería, soy un pobre diablo que no consigue nada sin importar lo que haga, que siempre apalean y dejan en ridículo. Este fue el fracaso que me hizo caer en cuenta que mi arrogancia es ahora injustificada.
Quizá alegaba estar perdido porque no podía enfrentar la derrota, hoy le doy la cara y le exijo la muerte a la maldita, le exijo que me de con todo, que para eso estoy, que me escupa, que me denigre, que me patee, que se ria en mi cara, porque yo ya no pienso meter la manos. No soy el protagonista de ninguna película de acción que pueda salir bien librado de una explosión, no, yo soy un humano muy por debajo del promedio, que va conociendo la mediocridad. Si me golpeas me tiro a esperar las patadas, sangro y lloriqueo en el piso, porque eso es lo humano, no me voy a arrastrar a suplicarte piedad, no voy a gritar por auxilio. Me quedo digno en el piso a recibir las ostias. Lloraré solo de dolor, pero no pares, no pares nunca aunque me quede afónico, aunque mi cara esté hinchada por los golpes al grado en que las lagrimas se mezclen con la sangre y los mocos. Hazme babear de dolor ¡REVIENTAME, CARAJO! Soy vulnerable a ti, fracaso, incluso mas que los demás, o quizá no, quizá incluso en eso estoy en el patético promedio.
Quiero ser el cristiano del circo romano, que todos se deleiten viéndome morir, que exijan mi sangre y rían a mi muerte, que escupan a mi tumba y orinen mi lápida, que ya muerto roben mis vestiduras y quemen todo lo que consideré valioso.
¡Ten cojones y ven directo a por mi!  Déjate de rodeos, déjate de buenas rachas con recaídas inevitables. Pienso caerme y no levantarme mas.


- R.S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario