miércoles, 6 de agosto de 2014

Me gustan.

Hay sonrisas.
¡Ay sonrisas! Como me gustan, como me gusta esa sincera expresión del cuerpo, como me gusta ver dilatarse los labios mostrando desvergonzados las dentaduras; las amarillas y chuecas, las blancas y rectas como estrella de cine y con gran presupuesto, las incompletas por vejez, las incompletas de leche, las incompletas por uso, las accidentadas. Todas las dentaduras que asoman sin complejo tras romper la atadura de unos precavidos labios.
Me gustan las sonrisas; Las que apenas se dibujan con una ligera torcedura en los labios, porque el portador es discreto. Las que salen por la persona amada en el momento menos indicado porque vienen del corazón. Las estruendosas porque generan acompañantes en su sonoro camino. Las de complicidad porque dan fe de un acuerdo pactado mas allá del dialogo. Las que vienen tras un gran chiste, porque son reflejos sinceros de un acto inesperado, un susto agradable. Las que salen a relucir en las fotografías, porque nunca son tan buenas como las naturales, y eso me maravilla. Las que vienen del recuerdo, porque son un viaje a tiempos mejores cuando mas lo precisas. Las que llegan en los momentos solemnes, porque pone de manifiesto la naturalidad de la alegría. Las de los bebés, porque son como pinceles en el oleo de nuestro rostro. La de los niños, porque es exagerada y escandalosa, y nos muestra un esfuerzo sincero por ser feliz. Las de nervios porque siempre son torcidas y extrañas, casi surrealistas. Las que nos sacan el llanto, porque son eufóricas y locas, sin control, retocadas con sollozos de jubilo. Las que aparecen en medio de un beso, con los ojos entrecerrados, en el contacto mas bello entre dos humanos. Las de los abrazos, confortables y cálidas. Las de deseo, porque mezclan la pasión, el instinto y la complicidad. Las que nacen en el encuentro de dos personas que se extrañan, porque son la explosión de las alegrías acumuladas, esperando por ser compartidas.
Me gustan las sonrisas porque retocan nuestros ojos, les dan brillo.
Me gustan las sonrisas porque son capaces de crear arrugas que nadie quisiera borrar.
Me gustan las sonrisas porque son universales.
Me gustan las sonrisas porque son la respuesta a lo maravilloso.
Me gustan las sonrisas porque son la expresión de un alma libre.
Me gustan las sonrisas porque son propias y también transferibles.
Me gustan las sonrisas porque son rebeldes.
Me gustan las sonrisas porque son un acto de amor.
Me gustan las sonrisas porque incluso en el lenguaje escrito han logrado aparecer ":) :D ;) xD"
Hay sonrisas ahora que vivo y las habrá cuando muera. Me gustan.


- R.S.

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