Soy yo, el niño pijo al que todo le han dado, el que todo ha obtenido sin sudar una gota, el que por esfuerzo entiende una rabieta. Y hoy que el objeto del anhelo se me ha negado a mas no poder, y hoy que las rabietas no han servido y que las lagrimas no han hecho mas que mojar, hoy ya nada tiene sentido, hoy ya no sé quien soy, hoy he perdido el norte, ya no sé a donde voy, ni tampoco dónde estoy parado, hoy dudo de todo, hoy no sé como responder, no sé por que peleo, no sé si quiero lo que he querido, si sigo anhelando lo que me he pasado tanto buscando. Ya no sé.
Hoy soy yo, el que se crió en la podredumbre de la burguesía y que lucha ahora por adaptarse a las clases populares. Hoy soy el eterno exiliado de un país que guarda mis primeros recuerdos pero que sigue sin ser mío, el que desea volver a los días de las barras y las estrellas. Mi lugar es el de los Pirineos, mi tiempo el del suburbio americano y mi presente que desentona es el de una gran ciudad, lejos del pasado.
Hoy el niño pijo llora y patalea porque la maldita se ha negado, hoy el niño pijo dice "no quiero esa paleta, puedo tener el resto de la dulcería" Pero esa paleta es imprescindible en el esquema, sin ella la dulcería es solo un montón de glucosa con envolturas de colores. Hoy el niño pijo se quiere escusar, quiere decir que ya no es eso lo que le quita el sueño, pero no sabe como, porque tal vez lo sea.
La vida es dura, y yo no sé de complicaciones, la que hoy me azota sigue siendo mi tormenta perfecta, quizá porque no me he enfrentado a mas. Es lo que sé de calamidades.
Hoy el niño pijo tiene de todo, pero se ha quedado con el amargo de la derrota y no halla como quitarse el mal sabor.
Hoy el niño pijo come caviar pero ansía el sabor de lo que no tiene. Porque eso es, es un niño pijo, caprichoso y malcriado que ahora mismo deja todo lo que sin esfuerzo obtiene por eso que se le ha negado. Como le frustra, como llora, como patalea, como anda sin sentido porque hasta el día de hoy no alcanza a comprender como es que nada le funciona para tener esa paleta. Porque el niño pijo es asqueroso y despreciable, y ha intentado comprarla, porque ha embellecido un enfermo deseo de posesión.
¡Maldita educación que el niño pijo ha recibido! Educación que le hace llevar como estandarte el "todos tenemos un precio"
El niño pijo usa toda la educación, la cultura y los modales que la posición socioeconomica le han dado como armas para la conquista, y no lo logra. Este niño es un signo monetario con muchos ceros que camina y habla con argumentos guardados en un banco suizo, todos ellos "free-taxes"
Hoy el niño pijo maldice a los cuatro vientos porque le falta algo que el dinero no le ha dado y no lo entiende.
Y bien, el niño pijo se ha perdido, ya no sabe mas, no sabe quien fue, no sabe quien es, no sabe quien será. Manda al diablo todo, porque no le ha servido para lo unico que ha querido. ¡¿Y ya que mas da?! ¡La puta madre! Se niega con todas sus fuerzas a volver a cualquier lugar que le recuerde como ha sido vencido. Al final, este tipo callado con pinta de intelectual, no es mas que una chica plástica, que no puede respirar, si encuentra uno de sus cabellos fuera de su lugar.
Hoy el niño pijo quiere el olvido, pero el olvido tampoco se compra.
-R.S.
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