lunes, 25 de agosto de 2014

Amor y Mate.

Ahí estás, encendiendo la estufa para calentar el agua, esperas en silencio y piensas mil cosas mientras el agua gana grados, metes el dedo para comprobar la temperatura y una vez que está al punto, casi hirviendo, la retiras del fuego, apagas la estufa, tomas el recipiente, y viertes el agua en el termo.
Ahí estás, con tu vida normal en marcha y te la encuentras caminando por ahí, subiendo las escaleras, saliendo de algún aula, que sé yo. De inmediato se lleva tu mirada, miras su cara, su nariz, sus labios. Pasa a tu lado sin siquiera notarte, miras su cabello, su ropa, su mochila, por ultimo, le miras el culo. Giras sin darle mas importancia, desaparece de tu vida sin el mayor escándalo.
Tomas el mate, le pones la yerba, a tres cuartos, no mas, lo volteas sobre la palma de tu mano, lo agitas para sacarle el polvo, con un circulo verde en tu mano, metes dos dedos para llevar la yerba de un lado del mate, y hacer espacio para el agua, le limpias la mano, y vas por el termo.
Compartes con tus amigos el descubrimiento de aquella chica, se las señalas a lo lejos, esperando sus comentarios. La miran, la analizan, emiten los crueles juicios, hacen burlas al respecto, te cuestionan el por que. Uno de ellos la conoce, te dice su nombre a pesar de que no se lo pediste, te expresa sus deseos de presentarlos, sonríes y te niegas levemente.
Echas un chorrito de agua fría a la yerba, para no quemarla con la del termo, esperas unos segundos a que la yerba la absorba, clavas salvajemente la bombilla, vas por el termo, viertes el agua caliente de a poco, de chorro en chorro, de nuevo, para que la yerba absorba. El mate humea y burbujea, despide un aroma delicioso, amargo, como la propia infusión.
Luego de algunas semanas tus amigos te molestan al punto de volver la situación obvia. Inevitablemente se hablan, se saludan con un cordial beso en la mejilla ante la mirada expectante de sus amigos. Se apartan, van a un lugar mas privado para conocerse. Hablan por horas, de nada importante, solo banalidades, se simpatizan. Deben despedirse, quieren seguir hablando.
Te acercas temeroso a la bombilla, sabes que está caliente y que probablemente te quemará los labios al primer contacto. Efectivamente, tus labios reaccionan bruscamente al primer contacto con el metal que transmite el calor del liquido. La lengua tiene una reacción similar al entrar en contacto con el agua, la saboreas. Terminas el primer mate, que siempre es el mas amargo, vas a seguir tomándolo.
Se miran de lejos, hablan mucho, pero en persona a  penas y se saludan.
Cebas mate tras mate mientras el agua del termo enfría, lo bebes solo en la cocina, pensando en tus cosas.
Tienen mas encuentros, mas charlas, ya se conocen mejor, sabes de su familia y ella sabe de tu vida.
El mate comienza a hacer efecto, el sueño se te quita y empiezas a sentirte ansioso.
Se confiesan, el secreto a voces deja de serlo, ahora se gustan y lo saben.
Solo eres tu y el mate.
Solo son ella y tu.
Terminas el agua del termo, los mates por hoy se han acabado, tienes una sensación de ansiedad en el estomago, similar a la de las mariposas, no puedes dormir, no puedes pensar, no puedes concentrarte, el mate te altero.
Se encuentran de nuevo, pero diferente. Se besan por primera vez, un beso torpe y a ciegas que te deja ansioso, y si, definitivamente con las mentadas mariposas en el estomago, esa noche no podrás dormir, no podrás pensar, no podrás concentrarte, el amor te alteró.
Repites el proceso día a día, ahora vives entre el amor y el mate. Ansioso y alterado.


- R.S.

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