lunes, 4 de agosto de 2014


DE “LA GUERRERO” PARA EL MUNDO: “77 AÑOS SACUDIENDO LA POLILLA”.

Al doblar sobre “Flores Magón” para llegar al #206 de “Lerdo” se puede apreciar ligeramente remoto el naranja sumergiendo hacia el cielo con la cruz de la Señora de Los Ángeles.

Es preciso llegar antes de aquella edificación celestial homónima al santuario de las pisadas exactas, embriagadas por el compás de la tumbadora y manipuladas al son de la tarola.

La excentricidad de aquellas rojas letras neón combinan a la perfección con aquella horma a la italiana, elevada lo suficiente para demostrar clase, que así mismo refleja la refulgencia del conjunto de eslabones que recorren un largo camino que parecería inagotable. Y sin dar más demora a la comparsa, se dan vuelo aquellos brillantes vestidos que dejan observar la sensualidad y elegancia de una dama.

Desde antes de atravesar aquel laberinto que parecía eterno, se puede sentir y oír retumbar los acordes de “Chamaco Aguilar” dirigiendo dos orquestas, una en el escenario y otra en la pista de baile.

El amplio establecimiento está lleno, pero es capaz de albergar a muchas almas más.

Después de realizar un pequeño recorrido, se puede uno colocar fielmente en un asiento que lo aguardará toda la noche.

Repentinos disparos de luz pálida colisionaban con los brillantes y estrafalarios atuendos que se veían interrumpidos al ser maniobrados cadenciosamente por la tradicional Orquesta de Pepe Luis.

¿Qué podremos mencionar del Salón Los Ángeles que no hayamos visto en otros medios o lo hayamos percatado por nuestra voluntad?

El 2 de Agosto de 1937 abrió sus puertas aquella bodega que resguardaba material y vehículos de transporte, pero con otras intenciones, unas muy distintas que marcarían el inicio de algo que va más allá de una época o una moda, o tal vez que un estilo de vida: una identidad.

La Colonia Guerrero ha albergado este recinto casi intacto como el que se presentó hace 77 años. Siendo un centro de reunión social, alcanzaría más que su primer cometido, llegando a ser más que una empresa exitosa; la casa de muchos, no solo mexicanos, sino hispanoamericanos que llevarían al clímax su trayectoria artística y personal.

Los asistentes que acuden cada martes y domingo, así como las miles de personas que han desfilado a lo largo de la vida lugar, han sido testigos de la evolución y trascendencia del mismo. Así mismo, el salón llegando a ser parte fundamental del desarrollo de la música afroantillana que fue fuertemente impulsada y mantenida en México, la cual es un integrante fundamental para la base la música contemporánea.

Es importante reconocer el gran labore que ha hecho este salón, como lo hizo en su momento Frida Kahlo, Diego Rivera (quien se dice que era un fiel y ferviente seguidor del danzón), Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, José Saramago, García Márquez, etc. Infinidad de personalidades que han lustrado la vetusta, oblonga y dispareja duela, que suena denotando cada una de las historias que ha visto pasar en su dilatada subsistencia.

La Sonora Matancera junto con Bienvenido Granda, Daniel Santos, Celio González, Leo Mariní, además de Rubén Blades, Willie Colón, El Gran combo, Acerina y su danzonera, Felipe Urbán, Pepe Luis, Pepe Arévalo, Mikey Laure, etcétera, etcétera, etcétera han dejado huella en el lugar.

No podíamos dejar de mencionar el gran aprecio y el santuario (literal) que se tiene al “rey de la casa”: Damaso Pérez Prado, quien gracias a su fantástico ingenio y talento son regaló lo mejor de un mejor ritmo caribeño: el mambo.

Benny Moré, otro artista relevante quien comparte una maravillosa anécdota   el Salón Los Ángeles, ya que en una servilleta de una de las mesas de aquel recinto fue creada y diseñada aquella significativa canción para la carrera del cantante, llamada “Bonito y sabroso”, que nos da a entender la amplia y resistente hermandad entre nuestro querido país y Cuba.

Por último también debemos de resaltar otro espléndido labor que ha hecho el salón, desde tratar de mantenerse a la vanguardia sin perder su concepto, apoyando proyectos contemporáneos, siendo así locación para la grabación de videos de artistas como Panteón Rococó y Fobia. Ha sido también utilizado para representar ese concepto barrial y tradicional en películas como “Danzón”, con la participación de María Rojo, “Tívoli”, con Francisco Córdova, “Una gallega baila mambo”, con Joaquín Pardavé y Silvia Pinal, la primera puesta teatral de “Aventurera” de Carmen Salinas, y muchas más.

El danzón, proveniente de la contradanza francesa, se creó a finales de la década de 1890, llegando a México a principios del siglo XX, además de que gracias a este ritmo se crearon MUCHOS de los ritmos hispanoamericanos, que surgieron gracias al desarrollo que se dio en las Antillas con sus influencias africanas. Por lo tanto, repito, los ritmos surgidos serían básicos para la evolución de la música contemporánea. Y el Salón Los Ángeles, pocos de los sobrevivientes salones de baile tradicionales, sigue manteniendo en pie este gran y fundamental ritmo llamado danzón, cosa que desgraciadamente poco a poco ha ido evaporándose.

 “Los Ángeles estaba aquí hace 40 años, y seguirá aquí mientras el tiempo dure y el alma baile”.

-Carlos Fuentes.

Amén.

"PARLE"

  



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