DE “LA GUERRERO” PARA EL MUNDO: “77 AÑOS SACUDIENDO LA POLILLA”.
Al doblar
sobre “Flores Magón” para llegar al #206 de “Lerdo” se puede apreciar
ligeramente remoto el naranja sumergiendo hacia el cielo con la cruz de la
Señora de Los Ángeles.
Es preciso
llegar antes de aquella edificación celestial homónima al santuario de las pisadas
exactas, embriagadas por el compás de la tumbadora y manipuladas al son de la
tarola.
La
excentricidad de aquellas rojas letras neón combinan a la perfección con
aquella horma a la italiana, elevada lo suficiente para demostrar clase, que
así mismo refleja la refulgencia del conjunto de eslabones que recorren un
largo camino que parecería inagotable. Y sin dar más demora a la comparsa, se
dan vuelo aquellos brillantes vestidos que dejan observar la sensualidad y
elegancia de una dama.
Desde antes
de atravesar aquel laberinto que parecía eterno, se puede sentir y oír retumbar
los acordes de “Chamaco Aguilar” dirigiendo dos orquestas, una en el escenario
y otra en la pista de baile.
El amplio
establecimiento está lleno, pero es capaz de albergar a muchas almas más.
Después de
realizar un pequeño recorrido, se puede uno colocar fielmente en un asiento que
lo aguardará toda la noche.
Repentinos
disparos de luz pálida colisionaban con los brillantes y estrafalarios atuendos
que se veían interrumpidos al ser maniobrados cadenciosamente por la tradicional
Orquesta de Pepe Luis.
¿Qué
podremos mencionar del Salón Los Ángeles que no hayamos visto en otros medios o
lo hayamos percatado por nuestra voluntad?
El 2 de
Agosto de 1937 abrió sus puertas aquella bodega que resguardaba material y vehículos
de transporte, pero con otras intenciones, unas muy distintas que marcarían el
inicio de algo que va más allá de una época o una moda, o tal vez que un estilo
de vida: una identidad.
La Colonia
Guerrero ha albergado este recinto casi intacto como el que se presentó hace 77
años. Siendo un centro de reunión social, alcanzaría más que su primer cometido,
llegando a ser más que una empresa exitosa; la casa de muchos, no solo
mexicanos, sino hispanoamericanos que llevarían al clímax su trayectoria
artística y personal.
Los
asistentes que acuden cada martes y domingo, así como las miles de personas que
han desfilado a lo largo de la vida lugar, han sido testigos de la evolución y trascendencia
del mismo. Así mismo, el salón llegando a ser parte fundamental del desarrollo
de la música afroantillana que fue fuertemente impulsada y mantenida en México,
la cual es un integrante fundamental para la base la música contemporánea.
Es
importante reconocer el gran labore que ha hecho este salón, como lo hizo en su
momento Frida Kahlo, Diego Rivera (quien se dice que era un fiel y ferviente
seguidor del danzón), Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, José
Saramago, García Márquez, etc. Infinidad de personalidades que han lustrado la
vetusta, oblonga y dispareja duela, que suena denotando cada una de las
historias que ha visto pasar en su dilatada subsistencia.
La Sonora
Matancera junto con Bienvenido Granda, Daniel Santos, Celio González, Leo
Mariní, además de Rubén Blades, Willie Colón, El Gran combo, Acerina y su
danzonera, Felipe Urbán, Pepe Luis, Pepe Arévalo, Mikey Laure, etcétera,
etcétera, etcétera han dejado huella en el lugar.
No podíamos
dejar de mencionar el gran aprecio y el santuario (literal) que se tiene al “rey
de la casa”: Damaso Pérez Prado, quien gracias a su fantástico ingenio y
talento son regaló lo mejor de un mejor ritmo caribeño: el mambo.
Benny Moré,
otro artista relevante quien comparte una maravillosa anécdota el
Salón Los Ángeles, ya que en una servilleta de una de las mesas de aquel
recinto fue creada y diseñada aquella significativa canción para la carrera del
cantante, llamada “Bonito y sabroso”, que nos da a entender la amplia y resistente
hermandad entre nuestro querido país y Cuba.
Por último
también debemos de resaltar otro espléndido labor que ha hecho el salón, desde
tratar de mantenerse a la vanguardia sin perder su concepto, apoyando proyectos
contemporáneos, siendo así locación para la grabación de videos de artistas
como Panteón Rococó y Fobia. Ha sido también utilizado para representar ese
concepto barrial y tradicional en películas como “Danzón”, con la participación
de María Rojo, “Tívoli”, con Francisco Córdova, “Una gallega baila mambo”, con
Joaquín Pardavé y Silvia Pinal, la primera puesta teatral de “Aventurera” de
Carmen Salinas, y muchas más.
El danzón, proveniente
de la contradanza francesa, se creó a finales de la década de 1890, llegando a
México a principios del siglo XX, además de que gracias a este ritmo se crearon
MUCHOS de los ritmos hispanoamericanos, que surgieron gracias al desarrollo que
se dio en las Antillas con sus influencias africanas. Por lo tanto, repito, los
ritmos surgidos serían básicos para la evolución de la música contemporánea. Y
el Salón Los Ángeles, pocos de los sobrevivientes salones de baile
tradicionales, sigue manteniendo en pie este gran y fundamental ritmo llamado
danzón, cosa que desgraciadamente poco a poco ha ido evaporándose.
“Los Ángeles estaba aquí hace 40 años, y
seguirá aquí mientras el tiempo dure y el alma baile”.
-Carlos
Fuentes.
Amén.
"PARLE"
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